Georgia Kaltsidou
Nació en Thessaloniki, capital del departamento de Macedonia, al norte de Grecia.
Su sangre milenaria cuya memoria recorren los mitos, la lleva a menudo a Cáucaso para encontrarse con Prometeo, consolar a Medea, y remar al lado de los Argonautas.
En Colombia se dedicó a enseñar la lengua y cultura griega en el Instituto Caro y Cuervo en Bogotá, y alemán en el colegio Andino y Goethe Institut de Bogotá. Ensayos como también cuentos suyos han sido publicados. Varias antologías han incluido sus poemas.
El año 2008 fue galardonada en la ciudad de Atenas como Embajadora del Helenismo. Actualmente se dedica a traducir textos literarios y a escribir su novela histórica. La Editorial Caza de Libros publicó el 2012, en castellano y griego, su primera antología poética “Destelleos – Λαμπυρίσματα”, y el año 2014 “La vida sería una bella alternativa”.
Internacional
Las relaciones humanas las regulan
convenios internacionales
La alimentación de los humanos
la prescriben médicos sin fronteras
Los negocios se llevan a cabo
en la lengua internacional
Los cielos se fumigan con metales pesados
a nivel internacional
No nos queda más
que buscar la felicidad internacional
en una tierra globalizada
gobernada por cosmopolitas infelices
Dices
Dices que amas la luz
y te refugias en espacios oscuros
dices que amas el sol
y caminas por la sombra
dices que amas el calor
y mantienes tu corazón en frío
dices que amas la Libertad
y esperas ser atendido por esclavos
dices que amas el canto de los pájaros
y no te conmueve su aleteo enjaulado
dices que amas las flores
y las dejas marchitar en sitios sin colores
¿cómo quieres entonces que te crea
cuando dices que me amas?
Diagnóstico
El lunes
después de un domingo aburrido
salí a caminar
discretamente maquillada
con un vestido de dama verdadera
y sentí en la mirada de los transeúntes
su admiración profunda por mi juventud tardía
El martes
contagiada de la moda citadina
me puse pearcing en el ombligo
una blusa escotada con pantalón de cuero
y sentí su preocupación profunda
por ser una de las descarriladas
El miércoles
antes de salir a la calle
me ricé el cabello
me puse tacones altos y falda apretada
y en su mirada devoradora
me vi presa exquisita para la cena
El jueves
preocupada por el sol ardiente
eché generosamente make up y sombras
sobre mi piel delicada
y me paré en una esquina
un mar de babas calientes
escurría de sus bocas desdentadas
El viernes
en la clase de psicología
asqueada de tantos conceptos ineptos
salí corriendo a buscar al campesino
para que me enseñara con solo ver el cielo
acertar la hora sin el reloj en la mano.